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¡Y las espigas secas se tragaron a las verdes y llenas de trigo!

El rey se despertó, y vio que se trataba de un sueño. Sin embargo, al levantarse estaba tan preocupado que mandó llamar a todos los magos y sabios de Egipto. Les contó sus sueños, pero ninguno pudo decirle lo que significaban. De pronto, el jefe de los coperos se acordó de José y le dijo al rey:

—¡Soy un malagradecido!

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